Volver. Encontrar la misma bahía, la misma agua cálida, bordear la playa de arena negra desde el mar, echar un vistazo a la línea de palmeras y selva tropical que la extiende antes de sumergirse de nuevo en las profundidades. Volver a ver esas islas-rocas con formas enigmáticas y coronadas de cocoteros. De repente, desde el techo de una cabaña de paja, una bandada de pelícanos se eleva rasante sobre el mar. Bajo el agua, una colonia de tortugas parece seguir a un banco de meros...
Cada año, de julio a octubre, una multitud de ballenas jorobadas recorren miles de kilómetros para volver a los lugares de su nacimiento, parir o simplemente seguir a su grupo.