Hay partes del mundo con las que soñamos: lejos de las multitudes, a contracorriente de los destinos clásicos, que a menudo ofrecen lo más bello y verdadero que un país tiene para ofrecer, destinos olvidados pero aún así tan ricos: playas, fondos marinos, gastronomía. , música, vida local…
Providencia es posiblemente una de las mejores respuestas de Colombia. Esta isla, una continuación de San Andrés, cumple muchos requisitos: arrecifes de coral, ecosistemas raros, mar de “siete colores”, pescado de roca y especialidades de cangrejo. 5.000 almas pueblan cada año este peñón caribeño de 17 kilómetros de diámetro.
Providencia , que alguna vez fue un cruce de caminos donde se cruzaban piratas, corsarios y esclavos liberados amantes de la libertad, hoy un bastión del reggae y el dancehall colombiano, directamente influenciado por la vecina Jamaica, Providencia aún se mantiene como un secreto.